El día 23 de marzo, en la
clase del Taller de Práctica Docente, se llevó a cabo una actividad donde cada
uno de los alumnos debíamos realizar una línea del tiempo que contara nuestra
historia académica. Aquella tarde allá afuera se podía oír de fondo al grupo
musical Dúo Coplanacu en el acto conmemorativo del 24 de marzo en el Parque de
las Tejas, mientras tanto aquí ensamblados entre el recuerdo y lo musical
pudimos individualmente emprender un viaje hacia el pasado y recordar
acontecimientos académicos que nos marcaron.
Sonaba de fondo la música de
los artistas y las voces de todos los que se reunían y que tenían como consigna
nunca olvidar. Ya aquí nos marca, el contexto, para el futuro cuando la
consigna se repita. Hacer memoria y nunca olvidar es un lema en nuestras vidas,
cada situación que pudimos compartir con el grupo dio a conocer que nos habían
marcado, no es casualidad que estemos ahora en este lugar por el simple hecho
de querer estar, muchas experiencias nos reúnen hoy aquí en nuestro punto de
encuentro. La educación.
Llegado el momento de
compartir con el grupo, mientras circulaba el mate, cada uno de nosotros
compartió sus recuerdos y vivencias en lo académico. Se escucharon relatos
divertidos, anecdóticos y otros cargados de miedos y libertades oprimidas como
uno de los recuerdos de Carla donde expresó: "Muchas veces me he visto en
el deber de escribir lo que los profes quieren escuchar para aprobar, otras he
sentido más libertad" o como en el caso de Coty que decía: “En mi caso en
particular me acostumbre a ver a esas personas con un rol jerárquico e
indiscutible que a medida de los años fue una imagen que me costó transformar y
entender que yo también formaba parte de esos procesos, de igual manera siempre
la última palabra y la “legitimidad” de los contenidos están en potestad del
docente." Es aquí donde el grupo comenzó a debatir e intensificar su
postura ante la práctica docente, particularmente en educación inicial y
primaria, fuimos transitando exigencias,
ciertas injusticias, un nivel de autoritarismo llegando a un grado de
imposiciones de parte de los docentes e institución.
Ciertamente coincidimos que
no nos quedamos con el mal recuerdo sino más bien queremos trabajar para
reconvertir esas experiencias en algo bueno, como los recuerdo de aquellos
docentes que nos incentivaron, alentaron y motivaron permanentemente, viendo en
nosotros un potencial.
También compartimos nuestras
experiencias personales con la docencia y con un punto de encuentro muy
similar, todos habíamos tenido experiencias con la enseñanza, ya sea en grandes
grupos (como aulas) o experiencias más personalizadas (como clases
particulares), ayudar con las tareas a los hermanos, padres, capacitar en los
trabajos, etc. que nos atraviesa y nos motivó a elegir el profesorado y que
como dijimos al principio, no es casualidad que estemos aquí por el simple
hecho de querer estar.
En conclusión, nos es
imposible pensarnos fuera del rol de docente en algún momento de nuestra vida
(así sea ínfimo) ya que todos en algún punto hemos sido acreedores de un
conocimiento y hemos sentido la necesidad de pasarlo a quienes veíamos
interesado en aprender. Por otro lado,
no podemos, tampoco, pensarnos fuera del rol de comunicadores sociales y cómo
este campo se ha interrelacionado con la Educación o como dice Quiroz, que
enfocara la educación refiriéndose a su carácter comunicativo, aprovechando los
medios y facilitando una educación para la comunicación de modo sistemático en
el conocimiento y uso de diversos lenguajes.
Aquí nos queda comprender
que todo individuo que cambia vive un conflicto entre su identidad heredada y
su identidad adquirida, este proceso lo hemos vivido y seguiremos viviendo, en
parte, en el campo de la Comunicación
social.
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