Barrios,Miguel. EL LATINOAMERICANISMO EDUCATIVO EN LA PERSPECTIVA DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL

Capítulo 4
El proyecto pedagógico de la generación del 900

José Martí y la educación para Nuestra América

La obra del cubano José Martí (1853-1895) es testimonio de un raigal amor a la patria y compromiso ejemplar con el destino de las naciones latinoamericanas.
El período 1881-1889 fue el más prolífico en la producción de reflexiones sobre la educación y en el que se refirió a una mayor variedad de temáticas en esta cuestión. En sus obras se localizan más de una decena de reflexiones sobre qué es la educación y cuál es su objetivo, particularmente en estas tierras.
Asumió la educación como un proceso de transmisión de experiencia histórico-social de unas generaciones a otras, hasta que el hombre sea "resumen" de todo lo más significativo de la cultura que le antecedió y pueda estar al nivel de la actual, o de lo que es novedad en cada época, para asimilarla y contribuir con su talento y esfuerzo a su transformación y engrandecimiento.
Un elemento importante de su concepción educativa consiste en que las necesidades, las exigencias y las urgencias de la vida, los tiempos y las sociedades deben guiar la esencia de la preparación que reciba el hombre en un momento determinado. En este sentido, señaló la importancia de educar para la paz, para el desarrollo y la independencia.
De este modo la concepción martiana de la educación refuerza la importancia de la educación del espíritu, de los sentimientos, del amor a la tierra en que se nació, la necesidad de estimular la independencia de cada hombre en su formación, que conforma un nivel de planteamiento de la relación dialéctica en el proceso educativo entre lo individual actuante y lo social.
Su concepción educativa se presenta incorporada armónicamente al proyecto cultural y político liberador que gestó para América Latina como activo precursor de la generación del 900.
Educar es "preparar al hombre para la vida", como fin supremo de la educación, con su carácter rector, integrador y cohesionador de la relación dinámica entre las demás líneas que se exponen. Esta linea integra y contiene el núcleo esencial que distingue la lógica de la concepción de José Martí. ¿Cuál es el significado que le atribuye a la expresión preparar al hombre para la vida?
Desarrollar las potencialidades y fuerzas naturales tanto en cada persona como en los pueblos, así como actuar en correspondencia con la naturaleza.
Garantizar la transmisión de la experiencia histórico-social de una generación a otra.
Posibilitar la actuación científica, técnica y cultural del hombre con respecto a la época en que vive.
Proveer al hombre de medios personales, como conocimientos, hábitos y habilidades para vivir de su trabajo honradamente.
Desarrollar espiritualmente al hombre, y crear una actitud ante lo bello como vía de educación.
•           Desarrollar la inteligencia como atmósfera natural en la vida del hombre, así como la capacidad de crear en cada individuo y en los pueblos.
Habilitar al hombre para aprender por sí mismo, incentivando el autodidactismo.
Consolidar la identidad nacional y desarrollar una formación patriótica.
Estimular al hombre a pensar por sí mismo, a ser honesto, honrado, virtuoso y a vivir con decoro.
Poner coraza contra los males: el egoísmo, la vanidad, la servidumbre, la codicia; prever extravíos, ignorancia, evitar la manipulación y la dependencia.
Preparar la paz, la felicidad y la independencia individual y social como condición y consecuencia última de todo el sistema de influencias o requerimientos para formar al hombre para la vida.
En suma, la preparación del hombre para la vida se manifiesta a través de un conjunto de líneas directrices que responden a un fundamento histórico-lógico a escala, continental.
La situación histórica en la que vivió Martí lo convierte en un caso sui géneris entre los pensadores y políticos latinoamericanos del siglo XIX; en efecto, lleva a su término la gesta iniciada por Bolívar. En el fondo pertenece a la generación de los unificadores y es también precursor de la generación del 900 y la segunda independencia, esta vez contra Estados Unidos.

Manuel Ugarte: educar para consolidar la identidad nacional

El porvenir de la América española representa la maduración del pensamiento latinoamericano de Manuel Ugarte y conforma un cuerpo teórico y político que no abandonará hasta su muerte.
Todo lo que existe dentro de nosotros, toda la acción directa o indirecta, ha de desarrollarse en la región en que nacimos, al servicio de las fuerzas que fatalmente debemos representar. De aquí que, a pesar de la distancia, me halle tan cerca del manantial y del origen, que no trepido en decir "nosotros" al designar los errores que dificultan nuestro triunfo. La patria es para las colectividades lo que para el hombre es la voz. [...] la patria seguirá siendo en este sentido un instrumento de independencia y una condición indispensable para el desarrollo integral del hombre.
Entre las dimensiones o variables dependientes del universo del pensamiento de Ugarte se halla el problema emergente de la cuestión cultural y educativa.
Se muestra en desacuerdo con la manera en que se enseña la historia en el país y esta situación  lo preocupa especialmente, porque parte de la base de que la conciencia histórica de los pueblos constituye  el requisito para la conformación de una conciencia nacional latinoamericana:
¿qué significa la educación para Ugarte?.
Por educación debemos entender todo lo que concurre a suscitar hombres cada día más útiles, superiores y perfectos.
Ugarte entendía la educación dentro de una concepción política nacional latinoamericana y desde esa perspectiva debía ser el vínculo de cuatro dimensiones: 1) educar para la consolidación de la identidad nacional; 2) educar para la democracia; 3) educar para el trabajo, y 4) educar para la integración y la equidad social.
¿Cuál debe ser el rol del Estado en la sociedad? "El intervencionismo es una necesidad impuesta por el carácter de lucha que ha tomado la vida actual. La colectividad modera los gestos individuales para proteger a sus miembros más débiles. Y al obrar así no hace más que salvaguardar la libertad de todos. Porque si el Estado se negara a inmiscuirse en las relaciones de grupo que coexisten en su seno, tendría que negarse para ser lógico e intervenir las disputas callejeras. La abstención solo puede ser interpretada como un incentivo a la tiranía." El Estado, para Ugarte, debe ser contrapeso de los sectores más débiles de la sociedad ante los poderosos o, mejor dicho, debe suplir la carencia de los sectores pobres de una nación. Por ello, es un crítico de los sectores que pregonan la abstención del Estado en las regulaciones de la vida política. El Estado interventor de Ugarte debe "reglamentar las condiciones intrínsecas del trabajo.

José Vasconcelos y la organización de un "ejército de educadores"
En 1920 fue nombrado rector de la Universidad Nacional de México. Su discurso de toma de posesión del cargo es también un programa en el que muestra el modo en que entendía la educación superior. Mucho de lo que allí sostiene sigue teniendo vigencia en nuestra América Latina. Estableció el contraste de programas educativos europeizantes y alejados de nuestra realidad con los que nos muestra «el espectáculo de los niños abandonados en los barrios de todas nuestras ciudades,de todas nuestras aldeas... la pobreza y la ignorancia son nuestros peores enemigos y a nosotros nos toca resolver  el problema de la ignorancia. Yo soy en estos instantes, mas que un nuevo rector que sucede a los anteriores, un delegado de la Revolución que no viene a buscar refugio para meditar en el ambiente tranquilo de las aulas, sino invitarlos a que salgáis con él a la lucha , a que compartáis con nosotros las responsabilidades y los esfuerzos En estos momentos yo no vengo a trabajar por la universidad, sino pedir  a la universidad que trabaje para el pueblo.

Pedro Henríquez Ureña y el humanismo hispanoamericano


El dominicano Pedro Henríquez Ureña (1884-1946) fue profesor de Filosofía y Letras y el representante clásico del pensamiento humanista nacional hispanoamericano. Enseñó en México, Minnesota (Estados Unidos) y La Plata (Argentina), donde falleció.
En una conferencia dictada en la Universidad de La Plata en 1929, resume así su concepto de aprendizaje:
Se piensa en la cultura social, ofrecida y dada realmente a todos y fundada en el trabajo: aprender no es sólo aprender a conocer sino igualmente aprender a hacer.
Hoy, la UNESCO (1996) en su informe mundial sobre el estado de la educación en el mundo reconceptualiza el sentido de la educación afirmando que aprender no significa repetir sino aprender a hacer. El legado de Pedro Henríquez Ureña se convierte así en universal.


Capítulo 5
La actualidad del pensamiento educativo de la generación del 900 y el modelo nacional-social
El modelo nacional-social y la política educativa
La globalización resulta un proceso multidimensional de raíz histórica irreversible, y que dentro de ella solamente podrán regular la lógica del "mercado" los Estados continentales industriales
Un Estado continental industrial es un poder multidimensional que opera en espacios geoestratégicos continentales. Ese poder se descompone en cinco dimensiones; política, cultural, científico-tecnológica, económica y militar. Serán los únicos Estados con capacidad de soberanía real, o sea, con autonomía. Los que no lleguen a ese paradigma serán segmentos financieros del mercado mundial o, en un vocabulario más tradicional, periferias abandonadas y condenadas, donde la soberanía será un aspecto formal conformado por una bandera, un himno, un ejército, etc., pero sin ninguna capacidad. Los Estados que se independizaron como consecuencia de la descolonización y de sus propias revoluciones tomaron el camino necesario y único de fortalecer su poder intangible: la cultura, para arremeter la conquista de poderes tangibles. Y lo lograron a través de la apuesta a la educación.
El modelo nacional social que proponemos se enraíza con la cultura común latinoamericana y debería perseguir cuatro ciudadanías: la ciudadanía democrática, la ciudadanía social, la ciudadanía intercultural y la ciudadanía ambiental (Imbernón, 2002)
Esas cuatro ciudadanías deberían tender hacia la conformación del ciudadano sudamericano, persona que existe y coexiste, vive y convive en la geografía del futuro Estado continental industrial. Es preciso situar la política educativa desde una nueva geocultura del conocimiento y a partir de allí rediseñar currículos, gestión y participación, liderazgos, proyectos escolares, etc.
En este trabajo intentamos avanzar en la sistematización de un conjunto de componentes del latinoamericanismo pedagógico en su origen, pasado, presente y actualidad en Martí, Ugarte, Vasconcelos y Henríquez Ureña, en torno a quienes es posible el intento de una respuesta acerca de las principales funciones educativas en el tiempo de la globalización.
Uno de los puntos cardinales del corpus conceptual de la filosofía latinoamericana del 900 consistió en recuperar la educación como canal de la cultura en su reencuentro con el ser histórico mestizo.
El ideal de justicia está antes que el ideal de cultura: pero la educación es el vehículo que lleva al ideal de justicia.
El modelo nacional-social no divorcia lo nacional de lo social en términos de  inclusión
La concepción educativa del latinoamericanismo pedagógico no significa la internalización coincidente ocasional de núcleos aislados en un tiempo determinado. Por el contrario, conforma una región de tópicos conceptuales enraizados en una cosmovisión de la cultura para proyectarlo a la educación desde una política integral de un Estado continental.

Las propuestas de Martí, Ugarte, Vasconcelos y Henríquez Ureña constituyen por vía indirecta una fuente del programa de la Educación de la UNESCO materializadas en el Informe Delors y que constituyen desafíos pendientes: educar es aprender a ser, aprender a hacer, aprender a emprender y aprender a vivir.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario