viernes, 6 de mayo de 2016

Lopez Jimena / Tercera aproximacón




Línea de tiempo: mi relación con lo educativo

1991- 1993 hice el jardín en la Maternal 1. En ese período pierdo la visión. Sin embargo, esto no fue un hecho traumático. En ese momento recibí todo el apoyo por parte de toda la comunidad educativa: maestras, directivos, cooperadora, etc. Me integraron a las actividades comunes y corrientes, adaptaron los materiales didácticos en relieve, etc.  Como anécdota, recuerdo una coreografía que preparamos para un acto de fin de año, donde la maestra me enseñó paso por paso, y la pude hacer coordinadamente junto con el resto de los chicos. Una experiencia muy positiva para mí, y para mi familia, que recién empezaban a transitar este camino desconocido.
1994- 2000: Hice la primaria en la Escuela Provincial Gobernador Álvarez ubicada en el Parque Sarmiento de la Ciudad de Córdoba. Cada profesor tuvo su impronta, todos me dejaron  algo. La maestra de primer grado se destacaba por ser muy exigente (aprendió braille para corregirme lo que hacía). También se destacaba por organizar los mejores actos de la escuela, pero eso no me gustaba, porque nos hacía participar, y en ese momento no me gustaba mucho la exposición.
En segundo grado recuerdo que la seño  faltó mucho porque estaba embarazada, y además durante ese año hubieron muchos paros, así que el año escolar estuvo muy interrumpido y al último tuvimos que ir los sábados para recuperar.
En tercer grado, la maestra era una señora grande y muy estricta. Trabajábamos mucho individualmente y hablábamos poco en clase. 
A partir de cuarto grado esto cambió, las maestras eran más accesibles, teníamos mucho diálogo en clase y hasta a veces se volvían un poco caóticas.  Me gustaba la escuela, me gustaba cumplir y en sexto grado terminé siendo abanderada.
2000- 2006: Hice el secundario en el I.P.E.M. 38 Francisco Pablo de Mauro. Acá formé mi grupo de amigas, que conservo hasta la actualidad. Fue una etapa  de muchos descubrimientos en lo personal y lo académico. Me gustaba tener muchas materias y muchos profesores distintos. Cada uno tenía su modalidad: uno nos hacía resumir todo los días, otro nos tomaba lección mirando al pizarrón para que nadie nos dicte, otros nos hacían trabajar en grupo, y no faltaba la profe de matemática que nos daba muchos ejercicios para trabajar en clase o llevarnos tarea a casa.
Una experiencia no tan agradable fue la clase de música de primer año: en lugar de escuchar, tocar instrumentos, disfrutar, la profe nos daba hojas y hojas sobre la historia de la música para estudiar. Me encantaba la música, pero nada era más aburrido  que esa clase.
Una experiencia positiva, fue en sexto año, cuando la profe de filosofía nos invitó a participar de las Olimpíadas. Yo participé, junto con cuatro compañeras más, y fue una experiencia que superó ampliamente mis expectativas. De pronto me encontré leyendo textos que jamás había imaginado, nos juntábamos a estudiar en la biblioteca, en un bar, o en la casa de la profe. Si bien el examen era individual, estudiábamos en grupo, y eso fue muy motivador. Pasé dos instancias de la competencia, y simultáneamente, la profe nos pidió que escribiéramos una ponencia para contar nuestra experiencia con la filosofía, y viajamos a  Mendoza a exponer nuestro trabajo en una Jornada de Filosofía y Educación que organizó la Universidad de Cuyo.
También, en ese año logramos armar y sacar al aire la radio de la escuela. Fue un proyecto que trabajamos en otra materia. Compramos los equipos con el apoyo de la cooperadora, y nosotros nos encargamos de la programación, antes de entrar a clase y en los recreos. Hablábamos de deporte, de actualidad, entrevistábamos a otros estudiantes que  se destacaban en alguna disciplina, transmitíamos información  institucional para los alumnos,  sorteábamos meriendas que donaba la cantina de la escuela, etc.
El secundario fue una etapa llena de personas, experiencias y vivencias inolvidables.
2006- 2011 Estudié la Licenciatura en Comunicación Social. Muchos compañeros, grupos que se armaban y se desarmaban, tiempos comprimidos, mucho material de estudio…
 Actividades alrededor de lo estrictamente académico: Participé en ENEC, Jornadas y Congresos, proyectos de Extensión,  fiestas en el bosquecito, etc.
Fui conociendo el campo de la comunicación, encontrando lo que más me gustaba hacer, reconociendo mis posibilidades de desarrollo, etc. En ese proceso, aparece la educación como algo vinculado a la comunicación, que fue despertando cada vez más mi atención y mi interés. 

En el 2008, empecé a trabajar en un proyecto de inclusión educativa, que busca promover la accesibilidad académica de estudiantes con discapacidad visual en el nivel medio y superior. Este proyecto tiene como eje fundamental la participación de los jóvenes  como protagonistas de la iniciativa. El objetivo es promover su autonomía, a través del intercambio de experiencias, el desarrollo de habilidades personales y colectivas la apropiación de herramientas tecnológicas, y con todo esto, lograr una mayor inclusión educativa y social de este colectivo.

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