miércoles, 15 de junio de 2016

Novena Bis aproximación



El análisis institucional que haremos será en base al texto de “La ética del chocolate” de Violeta Núñez. Aquí trataremos de comprender como se desarrolla el análisis institucional en la educación, cuales son los aspectos relevantes y las estrategias para abordar problemáticas de caso y/o institucionales.
La situación a analizar se desarrolla en un internado que había creado y que dirigía Bernfeld. En dicha institución convivían ciento cincuenta niños y niñas, de cuatro a catorce años. Y sucede que descubren a un niño de siete que, camino a la escuela, había robado chocolate en una tienda. Los educadores consideraron el caso como una “profunda crisis del nivel moral de los alumnos”, desconfiando de la eficacia de los suaves métodos que Bernfeld proponía para resolverla y ante la duda de que ellos mismo podían resolverlo convocan al Consejo de Alumnos.

De esta situación primero tendremos en cuenta el contexto en la que se desarrolla esta situación ya que todo proceso de institucionalización tiene una sociedad y etapa histórica que posibilita el surgimiento e institucionalización así como también condiciones y mecanismo que aseguran su reproducción, lo cual sería la escolarización. Sin olvidarnos de la institucionalización de  los individuos que se denominara socialización institucional. O según los dichos de la autora Violeta Núñez podremos coincidir y comprenderla cuando considera los contenidos culturales que cada momento histórico y cada grupo social considera como patrimonio que es necesario transmitir a las nuevas generaciones. El educador es así enseñante que muestra e incita a adquirir tal patrimonio, entonces comprenderemos a la escuela como una institución, la cual tiene un modo particular histórico de organizar la educación; un modo de formación humana.
Ahora bien, cuando los educadores convocaron al Consejo de Alumnos solo ellos expusieron su apreciación, aquí queda expuesta la carencia y la falta de reconocimiento del otro, la alteridad, no olvidemos que la demanda social de educación se nutre en la “necesidad del individuo humano”, la necesidad de existencia con el sujeto como ser social, como sujeto del saber, como sujeto de poder hacer, con su identidad e individuación. Es por esto que se vislumbra la actitud de los niños, ellos tenían una visión más leve de lo sucedido y se solidarizaron con “los sujetos del delito”, sin embargo admitieron la indicación de la autoridad de condenar y separarse de los sujetos puestos en tela de juicio, pero no porque compartieran su punto de vista. Aquí se denota el proceso de la institución, el cual requiere de lo instituido, el rol de quien dirige el establecimiento, el rol de los educadores, de los alumnos, con lo dado, lo organizado, los patrones según los cuales se realiza en pro de la institución; lo instituyente, la potencia organizante, el reino  de los imaginarios sociales e individuales de lo nuevo, lo diferente, es aquí donde nace la “problemática” del caso ya que la distancia insalvable entre lo que los niños saben y quieren y lo que los educadores proponen, muestra cómo puede invalidarse un trabajo que se pretende educativo. Es aquí que debería aplicar las estrategias según comenta la autora, si hubieran explicado a los niños que tenían ese derecho en lugar de condenar el acto se hubieran colocado en el mismo nivel social y moral de los niños, posibilitando así la apertura a otra dimensión. De este modo, los niños hubieran podido prestar oídos a la crítica sobre el medio utilizado.
Entonces propondremos, a modo de estrategia para abordar la problemática un taller “reflexivo” entre alumnos y docentes, con el fin de abordar alternativas de “cómo conseguir un chocolate”, a su vez explicar las condiciones sociales, entendidas como normas, reglas, modos de conducta, aquello socialmente aceptable. También sumaríamos la colaboración de un especialista del área de la psicopedagogía, como mediador; inclusive articular el taller con, por ejemplo, la materia “formación para la vida y el trabajo” que sería un trabajo prolongado en el tiempo académico.
Otra estrategia o tarea está basada, en la postura de Bernfeld, respecto al educador quien tiene que ser una autoridad técnica. Entendiendo por tal la que admite tanto la posibilidad como el límite de la educación: mostrar las formas socialmente admitidas(o admisibles) en que los sujetos de la educación pueden perseguir sus propios objetivos.

Para concluir, es necesario realizar un análisis del educador ya que estamos de acuerdo con el autor en que el educador será una autoridad, si sabe admitir y legitimar los objetivos del sujeto. Por tanto el educador deberá atender y escuchar para saber algo en torno a ellos y poder realizar una enseñanza pertinente, colocando el orden de la subjetividad en primer orden y a sabiendas que para poder desplegarse es ese campo de la socialidad, orden social y orden subjetivo, la educación requiere de un consentimiento del sujeto que es del orden de la subjetividad. Por último, el debate moral que realizaron los educadores carecería de fundamento tácito, pues tal contenido lo establece, en cada caso, la libre voluntad moral: el contenido lo crea el sujeto en cada acto ético, esto es, en cada elección; entonces ¿qué puede hacer la educación? Conectar al sujeto  de la educación con una forma de realización social, por esto se la llama a la educación escolar, canalización hacia lo socialmente admitidos o admisible, promover los bienes culturales a través de proyectos educativos desde una perspectiva de época, sin dejar de lado los cambios que se produce en el mundo. 

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