viernes, 6 de mayo de 2016

Forgia Carla / Tercera aproximacón


El eje: relación personal con el campo educativo

1985. Ingreso al jardín de Infantes. Casi no guardo recuerdos de este período de mi vida.
1986.1993- Ingreso a la Escuela primaria. “Gobernador Juan Bautista Bustos”.
De este trayecto escolar, recuerdo ser una alumna con muy buen concepto, por ser callada y tímida.
Me costaba muchísimo matemática, al punto de llorar porque no terminaba los exámenes.
En 4º y 5º grado tuvimos la misma señorita, eso nos hizo encariñarnos mucho con ella, había un vínculo de mucha cercanía.
En mi familia éramos muchos, cinco hermanos con tres más chiquitos. No había un ambiente armonioso, ni de estudio .Así que rara vez hacía la tarea. La tele, el juego, y el lío, eran lo que más recuerdo de estos años de trayecto en la primaria. Eso me hacía sentir bastante mal cuando pedían los deberes. Y aunque quería me costaba mucho adquirir hábitos.
Como los hermanitos más pequeños necesitaban mucha atención, y vinieron seguido, las más grandes de cierta forma, tuvimos que “independizarnos”, y hacer nuestros quehaceres en solitario, esto marco un poco mi infancia, y el trayecto escolar, por ser más bien retraída.
Un día tendiendo una cama, se me ocurrió la idea de levantarla y ponerla contra la pared para limpiar el piso, tuve la malísima suerte de que mi hermanito, el más chico, entró y la cama se cayó sobre su pierna. Tuvieron que enyesarlo hasta la cadera. Fue un momento feo, estuvo 3 meses así. Creo que esa sensación de culpa y de hacer mal las cosas atravesó también mi vida escolar.
Culminé esta etapa siendo una alumna buena conceptualmente.


1993-1998 Escuela Secundaria. Cursé los tres primeros años en la escuela Deán Gregorio Funes, pleno centro cordobés. Era una época de muchos paros docentes, lo cual afectaba directamente a mi calidad de estudiante, dado que necesitaba una cotidianeidad en el estudio y hábitos que no lograba conseguir…y esto empeoraba la situación….sumado a toda la conflictividad juvenil, rebeldía, crisis, y falta de compromiso con el estudio….
Un profesor de historia, Quaglia, amaba tanto la docencia que te hacía disfrutar de sus clases, aún hoy lo recuerdo, junto con su obsesión porque no nos copiáramos, y sus métodos para evitarlo.
También recuerdo que él nos contó que antes de ser docente fue albañil, y que se esforzó mucho porque no tuvo posibilidad de estudiar antes. Este testimonio de vida, en ese entonces, no significó nada para mí, pero creo que me causaba tanta admiración que por eso lo recordé,  pero pasados los años, lo comprendí y valore inmensamente, ya que en un punto me siento identificada.
Cambio de hábitos.
En el año 95, por una situación económica difícil se divide mi  familia, y con mi papá vamos a vivir a un pueblito de la Pampa,  Catriló.
Fuimos a parar a la casa de una tía, hermana de mi mamá.
El trabajo que le ofrecieron a mi papá, era paliando semillas de maíz en una aceitera, y según lo que recuerdo le pagaban “una miseria”, como decía él, así que decidió volverse a Córdoba.
Mi tía, conociendo la situación, de mi casa, le ofreció a mi mamá, la posibilidad de quedarme con ellos y terminar allí la escuela.
Así que comencé el 4º año de la secundaria  allá. En un colegio semi privado. Me becaron para poder asistir al “Instituto Privado Catriló”.
Era tan diametralmente diferente a la experiencia de alumna de aquí, de un colegio urbano público a un colegio privado rural.
Recién con este ejercicio de la memoria, entro en contacto con este cambio.
Allí no faltaban los profes. Eso me resultó muy grato y me favoreció en cuanto a la adaptación, aunque el desarraigo de la familia, de mis amigos, y de los compañeros del colegio  fue difícil.
Hasta la vestimenta era diferente. Aquí nuestros guardapolvos eran cortísimos. Allí el régimen era estricto, y el guardapolvo tenía que sí o sí tener un largo de por lo menos hasta las rodillas. Y todos los alumnos lo cumplían sin cuestionarlo, incluso los varones, que tenían el aspecto de médicos para mí. Porque aquí en Córdoba no se usaban los guardapolvos para los chicos de secundaria.
Puede parecer un detalle menor, pero el hecho de ir con una especie de uniforme, porque además todo abrigo tenía que ser azul, me ayudó a enfocarme en los estudios, y no cosas si se quiere más superficial. No tenía opción, estaba becada, mi familia lejos, debía aplicarme sí o sí. Y así lo hice.
Las asignaturas eran totalmente diferentes a las de Córdoba, había materias antiquísimas, como Estenografía o Merceología. Allí aprendí dactilografía, en unas vacaciones de julio, con una máquina de escribir y me tomaron un dictado, no tenías que mirar el teclado sino desaprobabas. Ese aprendizaje aún hoy lo valoro a la hora de escribir en la computadora.
Esos dos años pasaron rapidísimo.
Culminé la secundaria en los 5 años esperados para esta etapa, con muchos cambios y aprendizajes.
Volví a Córdoba.
1999-2005 Trayecto en Comunicación Social.
Recuerdo que ingresé a Comunicación porque en un  test de orientación vocacional, una psicóloga me dijo que tenía aptitudes para la comunicación. Y no me lo cuestioné mucho ya que no tenía una buena idea de hacia dónde ir.
Cursando me llamó mucho la atención que muchos compañeros hacían aportes muy interesantes en los momentos que los profes te ofrecían para preguntar, pero yo aún no me atrevía a intervenir y no sentía que tenía mucho para decir.
En los años de cursado aprendí lo importante que es la reflexión personal, y se me hizo no sólo importante sino vital en este proceso.
Muchas veces me he visto en el deber de escribir lo que los profes quieren escuchar para aprobar, otras he sentido más libertad.
Crisis de sentido y abandono de la carrera. Comencé a descuidar lo académico, por el trabajo, y otras cuestiones de la vida…pero no me alejé de la lectura….así es que descubrí a San Agustín y marcó un hito en mi vida….y atravesé un proceso de conversión a la fe católica,  que atravesó mi pensamiento también.
En esta etapa de mi vida, adquirí una costumbre, la de escuchar Radio María, a la que descubrí de casualidad, buscando otro programa de radio. Allí entrevistaban en un programa matutino, a distintas personas, destacadas en el ámbito religioso, cultural, o educativo, escuchando a éstos ilustres me formé muchísimo, y por fin mi pensamiento iba tomando forma.
También, en algún sentido, la conductora, una profesora secundaria de letras y semiótica, convertida al catolicismo, también de adulta, fue mi maestra, hasta me acuerdo que llamaba al programa en algunas ocasiones para compartir mis vivencias y pensamientos.
Y comenzó una etapa de búsqueda de un servicio, y entrega en la iglesia católica.
Lo que vivía en la Escuelita, no se correspondían con este proceso interior de fe y conocimiento de la verdad, en este ámbito donde el relativismo reinaba, y allí comprendí la expresión de Benedicto “la dictadura del relativismo”. Y esto me llevo a una crisis tan fuerte que terminé abandonando la carrera.
2002-2005 (aproximadamente). Servicio como voluntaria en Radio María. Por fin, encontré un sentido a la comunicación, y lo descubrí sirviendo en la Radio, como voluntaria. Ingresé gracias a una chica que conocí en los pasillos de la escuelita de comunicación, por ese entonces.
En la producción de programas, una de las bases fundamentales para producir, es tener en cuenta, como brújula, el interés de la audiencia, los temas que les afectan, les llegan, a los que son sensibles, prestar atención a esto, de alguna manera eso también me formó.
2006-2008-Servicio en la Pastoral Penitenciaria. En las visitas que hacíamos a los complejos donde están detenidos los menores de edad, descubrí, comprendí que la enseñanza que más ayuda al desarrollo de los jóvenes y niños es la de los valores…porque si ellos no están se refuerzan las conductas negativas…y de la importancia de ponerse en los zapatos de los otros. Al escuchar muchos de los relatos me situé en otro lugar.
Un día uno de los jóvenes detenidos nos relató cómo comenzó a robar, quedé sorprendida. Él contaba que en su casa desde muy chico sus padres vivían discutiendo de lo que faltaba en la casa, y “la plata”. Así que dice que él comenzó a “sacar de la casa de sus vecinos lo que a ellos les faltaba”. Cuando llegaba a su casa, nadie le decía esto no está bien. Así que él tenía una cierta gratificación (lo cuento con mis palabras), por llevar a su casa cosas que se necesitaban, y no recibir retos….
El creció con este concepto de la vida y de las cosas….y pienso quizás en su corazón sentía esa voz de la conciencia que te dice por acá no….pero al no ser reforzada por quienes tenían el deber y la misión de educarlo, por seguramente carencias que también ellos tenían, creció de esa manera hasta que la sociedad, o, sea todos nosotros, las leyes, llegamos tarde y terminó en el “Complejo Esperanza”, en un pabellón común, no de “delincuentes peligrosos”, o sea, los que violan y asesinan, por tener buena conducta. Esa es la única contemplación y misericordia que le tuvimos.
 Y luego de esa y otras experiencias allí, me descubrí llamada a enseñar, y acompañar…y también aprendí la suma importancia que tiene el vínculo….de la confianza…de la cercanía…..y de la escucha atenta. De brindar ánimos y esperanzas…..y a fortalecerme espiritualmente, porque con lo intelectual no me alcanzaba, es más muchas veces me sentía desbastada, sin fuerzas, triste, y preguntándome qué hago yo en la vida?
Me di cuenta que aunque en los pabellones había muchos jóvenes, era a dónde nos permitían entrar, tenía que hacerme una lista de sus nombres, o apodos, para distinguirlos por alguna seña particular, para que de verdad se sintieran recibidos y acompañados. Y que sus mundos simbólicos, y  afectivos, a veces están marcados por heridas…..sin ánimo de victimizar….pues cada uno es un mundo en sí….
Octubre de 2008 -Enseñanzas y aprendizajes en casa.
A una vecina del frente de casa, le retiraron del colegio dos de sus hijas, Cele y Flor. Las llevaron sin aviso previo, o eso creemos, por una denuncia que le hiciera la directora de la escuela de las pequeñas.
Comenzamos con mi familia a acompañarla, para que las recuperara, fueron muchas  las peregrinaciones al juzgado. Finalmente, luego de llevarlas a dos hogares diferentes, le otorgan la posibilidad de una guarda provisoria, hasta que ella cumpliera con ciertos requisitos que le pidieran del juzgado.
Accedemos a ser “guardadores provisorios”. Pero el paso del tiempo, y la falta de respuesta de la mamá biológica, hicieron que el juez determinara quitarle a la “patria potestad”.
Y sin querer, queriendo, comenzamos un camino de adopción….que lleva ya 6 años, y no fue fácil….
Quizás el desafío es educar a Cele y Flor. Llegaron a casa con 8 y 6 años, con un pronóstico poco favorable por sus vivencias en su familia biológica y las consecuencias que éstas dejan en la psiquis, y que por supuesto afectarían en otras dimensiones como la cognitiva o la relacional…
Pero pese a todos esos pronósticos, lograron culminar la primaria. Cele hoy está en 4º año de escuela secundaria, en el colegio I.P.E.M 357, y Flor en 1º, del mismo colegio. Cele eligió la orientación técnica y realiza cosas en las que no puedo ayudarla porque no sé, planos, medidas, dibujos, y le va muy bien.
Flor aunque no aprende en “tiempo y forma” lo que los docentes o la curricula demanda, me sorprende cada día aprendiendo desarrollando aptitudes y “destrezas” nuevas, y por supuesto que la estimulación no le falta….desde incorporar palabras nuevas a su vocabulario, hasta aprender a manejar el celular….asociar....razonar…memorizar…..tiene un sentido estético que se refleja en cada uno de sus dibujos…y está lejos de sentir apatía por los nuevos saberes….aunque los profesionales me dicen que tiene “pensamiento viscoso”, y otras cosas raras.
En la actualidad, al iniciar la escuela secundaria, nos enviaron a realizarle una valoración a Flor, porque al parecer necesita profesora integradora. Pero desde que cambiaron las autoridades en diciembre, cambiaron también las prioridades, y ya los recursos que antes se destinaban a esto, se han recortado enormemente. Así que no hay entidad oficial que otorgue profesores integradores.
Amigos de la parroquia, nos ofrecieron hacerle una valoración en la escuela especial “Don Orione”, allí la conclusión fue contundente, nos dijeron que ella necesita educación de nivel especial. Nos dieron la opción de llevarla allí, pero es una decisión muy difícil y aún no la hemos tomado…..pues al retrasarse el “profesor integrador”, ella también, y aunque tiene el apoyo de casa, no es suficiente…según los profesionales.
Experiencia como catequista.
Este es otro momento significativo, porque sin previa formación pedagógica me vi al frente de un grupo numeroso de niños de 8 años. Me costó  mucho porque estaba acostumbrada a transmitir a adultos, y con un alto grado de abstracción (de la época de la Radio)….hasta que incorporé el juego, la música, los cuentos, y las metáforas….en este servicio y esto me ayudó muchísimo.
2016- Profesorado en Comunicación social
El trayecto hasta aquí realizado es más que alentador. Pues constituye para mí no solamente un trayecto académico, sino una promesa de un trabajo diferente. No es esa la motivación principal para comenzarlo, pero esa promesa es la que me alienta cada vez a venciendo los obstáculos que en sus momento se presentan.
Y aquí vuelvo al testimonio de mi profesor que fue albañil, porque al igual que él y por diversas circunstancias, abandoné el estudio, y trabajé en muchas cosas, y desestimé este camino, que hoy por hoy se ha convertido en una promesa de cambio….otro lugar desde donde servir….
Lo que aprendemos, de lo que nos nutrimos, el hecho de conocer compañeros, profesores…y encontrarlos dispuestos a dedicarse al estudio, al trabajo  y a animarnos y acompañarnos mutuamente eso hace del profesorado un espacio al que quiero con todo mi corazón

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