El eje: relación personal
con el campo educativo
1985. Ingreso al jardín de
Infantes. Casi no guardo recuerdos de este período de mi vida.
1986.1993- Ingreso a la
Escuela primaria. “Gobernador Juan Bautista Bustos”.
De este trayecto escolar,
recuerdo ser una alumna con muy buen concepto, por ser callada y tímida.
Me costaba muchísimo
matemática, al punto de llorar porque no terminaba los exámenes.
En 4º y 5º grado tuvimos la
misma señorita, eso nos hizo encariñarnos mucho con ella, había un vínculo de
mucha cercanía.
En mi familia éramos muchos,
cinco hermanos con tres más chiquitos. No había un ambiente armonioso, ni de
estudio .Así que rara vez hacía la tarea. La tele, el juego, y el lío, eran lo
que más recuerdo de estos años de trayecto en la primaria. Eso me hacía sentir
bastante mal cuando pedían los deberes. Y aunque quería me costaba mucho
adquirir hábitos.
Como los hermanitos más
pequeños necesitaban mucha atención, y vinieron seguido, las más grandes de
cierta forma, tuvimos que “independizarnos”, y hacer nuestros quehaceres en
solitario, esto marco un poco mi infancia, y el trayecto escolar, por ser más
bien retraída.
Un día tendiendo una cama,
se me ocurrió la idea de levantarla y ponerla contra la pared para limpiar el
piso, tuve la malísima suerte de que mi hermanito, el más chico, entró y la
cama se cayó sobre su pierna. Tuvieron que enyesarlo hasta la cadera. Fue un
momento feo, estuvo 3 meses así. Creo que esa sensación de culpa y de hacer mal
las cosas atravesó también mi vida escolar.
Culminé esta etapa siendo
una alumna buena conceptualmente.
1993-1998 Escuela
Secundaria. Cursé los tres primeros años en la escuela Deán Gregorio Funes,
pleno centro cordobés. Era una época de muchos paros docentes, lo cual afectaba
directamente a mi calidad de estudiante, dado que necesitaba una cotidianeidad
en el estudio y hábitos que no lograba conseguir…y esto empeoraba la
situación….sumado a toda la conflictividad juvenil, rebeldía, crisis, y falta
de compromiso con el estudio….
Un profesor de historia,
Quaglia, amaba tanto la docencia que te hacía disfrutar de sus clases, aún hoy
lo recuerdo, junto con su obsesión porque no nos copiáramos, y sus métodos para
evitarlo.
También recuerdo que él nos
contó que antes de ser docente fue albañil, y que se esforzó mucho porque no
tuvo posibilidad de estudiar antes. Este testimonio de vida, en ese entonces,
no significó nada para mí, pero creo que me causaba tanta admiración que por
eso lo recordé, pero pasados los años,
lo comprendí y valore inmensamente, ya que en un punto me siento identificada.
Cambio de hábitos.
En el año 95, por una
situación económica difícil se divide mi
familia, y con mi papá vamos a vivir a un pueblito de la Pampa, Catriló.
Fuimos a parar a la casa de
una tía, hermana de mi mamá.
El trabajo que le ofrecieron
a mi papá, era paliando semillas de maíz en una aceitera, y según lo que
recuerdo le pagaban “una miseria”, como decía él, así que decidió volverse a
Córdoba.
Mi tía, conociendo la
situación, de mi casa, le ofreció a mi mamá, la posibilidad de quedarme con
ellos y terminar allí la escuela.
Así que comencé el 4º año de
la secundaria allá. En un colegio semi
privado. Me becaron para poder asistir al “Instituto Privado Catriló”.
Era tan diametralmente
diferente a la experiencia de alumna de aquí, de un colegio urbano público a un
colegio privado rural.
Recién con este ejercicio de
la memoria, entro en contacto con este cambio.
Allí no faltaban los profes.
Eso me resultó muy grato y me favoreció en cuanto a la adaptación, aunque el
desarraigo de la familia, de mis amigos, y de los compañeros del colegio fue difícil.
Hasta la vestimenta era
diferente. Aquí nuestros guardapolvos eran cortísimos. Allí el régimen era
estricto, y el guardapolvo tenía que sí o sí tener un largo de por lo menos
hasta las rodillas. Y todos los alumnos lo cumplían sin cuestionarlo, incluso
los varones, que tenían el aspecto de médicos para mí. Porque aquí en Córdoba
no se usaban los guardapolvos para los chicos de secundaria.
Puede parecer un detalle
menor, pero el hecho de ir con una especie de uniforme, porque además todo
abrigo tenía que ser azul, me ayudó a enfocarme en los estudios, y no cosas si
se quiere más superficial. No tenía opción, estaba becada, mi familia lejos,
debía aplicarme sí o sí. Y así lo hice.
Las asignaturas eran
totalmente diferentes a las de Córdoba, había materias antiquísimas, como
Estenografía o Merceología. Allí aprendí dactilografía, en unas vacaciones de
julio, con una máquina de escribir y me tomaron un dictado, no tenías que mirar
el teclado sino desaprobabas. Ese aprendizaje aún hoy lo valoro a la hora de
escribir en la computadora.
Esos dos años pasaron
rapidísimo.
Culminé la secundaria en los
5 años esperados para esta etapa, con muchos cambios y aprendizajes.
Volví a Córdoba.
1999-2005 Trayecto en
Comunicación Social.
Recuerdo que ingresé a
Comunicación porque en un test de
orientación vocacional, una psicóloga me dijo que tenía aptitudes para la
comunicación. Y no me lo cuestioné mucho ya que no tenía una buena idea de
hacia dónde ir.
Cursando me llamó mucho la
atención que muchos compañeros hacían aportes muy interesantes en los momentos
que los profes te ofrecían para preguntar, pero yo aún no me atrevía a
intervenir y no sentía que tenía mucho para decir.
En los años de cursado
aprendí lo importante que es la reflexión personal, y se me hizo no sólo
importante sino vital en este proceso.
Muchas veces me he visto en
el deber de escribir lo que los profes quieren escuchar para aprobar, otras he
sentido más libertad.
Crisis de sentido y abandono
de la carrera. Comencé a descuidar lo académico, por el trabajo, y otras
cuestiones de la vida…pero no me alejé de la lectura….así es que descubrí a San
Agustín y marcó un hito en mi vida….y atravesé un proceso de conversión a la fe
católica, que atravesó mi pensamiento
también.
En esta etapa de mi vida,
adquirí una costumbre, la de escuchar Radio María, a la que descubrí de
casualidad, buscando otro programa de radio. Allí entrevistaban en un programa
matutino, a distintas personas, destacadas en el ámbito religioso, cultural, o
educativo, escuchando a éstos ilustres me formé muchísimo, y por fin mi
pensamiento iba tomando forma.
También, en algún sentido,
la conductora, una profesora secundaria de letras y semiótica, convertida al
catolicismo, también de adulta, fue mi maestra, hasta me acuerdo que llamaba al
programa en algunas ocasiones para compartir mis vivencias y pensamientos.
Y comenzó una etapa de
búsqueda de un servicio, y entrega en la iglesia católica.
Lo que vivía en la
Escuelita, no se correspondían con este proceso interior de fe y conocimiento
de la verdad, en este ámbito donde el relativismo reinaba, y allí comprendí la
expresión de Benedicto “la dictadura del relativismo”. Y esto me llevo a una
crisis tan fuerte que terminé abandonando la carrera.
2002-2005 (aproximadamente).
Servicio como voluntaria en Radio María. Por fin, encontré un sentido a la
comunicación, y lo descubrí sirviendo en la Radio, como voluntaria. Ingresé
gracias a una chica que conocí en los pasillos de la escuelita de comunicación,
por ese entonces.
En la producción de
programas, una de las bases fundamentales para producir, es tener en cuenta,
como brújula, el interés de la audiencia, los temas que les afectan, les
llegan, a los que son sensibles, prestar atención a esto, de alguna manera eso
también me formó.
2006-2008-Servicio en la
Pastoral Penitenciaria. En las visitas que hacíamos a los complejos donde están
detenidos los menores de edad, descubrí, comprendí que la enseñanza que más
ayuda al desarrollo de los jóvenes y niños es la de los valores…porque si ellos
no están se refuerzan las conductas negativas…y de la importancia de ponerse en
los zapatos de los otros. Al escuchar muchos de los relatos me situé en otro
lugar.
Un día uno de los jóvenes
detenidos nos relató cómo comenzó a robar, quedé sorprendida. Él contaba que en
su casa desde muy chico sus padres vivían discutiendo de lo que faltaba en la
casa, y “la plata”. Así que dice que él comenzó a “sacar de la casa de sus
vecinos lo que a ellos les faltaba”. Cuando llegaba a su casa, nadie le decía
esto no está bien. Así que él tenía una cierta gratificación (lo cuento con mis
palabras), por llevar a su casa cosas que se necesitaban, y no recibir retos….
El creció con este concepto
de la vida y de las cosas….y pienso quizás en su corazón sentía esa voz de la
conciencia que te dice por acá no….pero al no ser reforzada por quienes tenían
el deber y la misión de educarlo, por seguramente carencias que también ellos
tenían, creció de esa manera hasta que la sociedad, o, sea todos nosotros, las leyes,
llegamos tarde y terminó en el “Complejo Esperanza”, en un pabellón común, no
de “delincuentes peligrosos”, o sea, los que violan y asesinan, por tener buena
conducta. Esa es la única contemplación y misericordia que le tuvimos.
Y luego de esa y otras experiencias allí, me
descubrí llamada a enseñar, y acompañar…y también aprendí la suma importancia
que tiene el vínculo….de la confianza…de la cercanía…..y de la escucha atenta.
De brindar ánimos y esperanzas…..y a fortalecerme espiritualmente, porque con
lo intelectual no me alcanzaba, es más muchas veces me sentía desbastada, sin
fuerzas, triste, y preguntándome qué hago yo en la vida?
Me di cuenta que aunque en
los pabellones había muchos jóvenes, era a dónde nos permitían entrar, tenía
que hacerme una lista de sus nombres, o apodos, para distinguirlos por alguna
seña particular, para que de verdad se sintieran recibidos y acompañados. Y que
sus mundos simbólicos, y afectivos, a
veces están marcados por heridas…..sin ánimo de victimizar….pues cada uno es un
mundo en sí….
Octubre de 2008 -Enseñanzas
y aprendizajes en casa.
A una vecina del frente de
casa, le retiraron del colegio dos de sus hijas, Cele y Flor. Las llevaron sin
aviso previo, o eso creemos, por una denuncia que le hiciera la directora de la
escuela de las pequeñas.
Comenzamos con mi familia a
acompañarla, para que las recuperara, fueron muchas las peregrinaciones al juzgado. Finalmente,
luego de llevarlas a dos hogares diferentes, le otorgan la posibilidad de una
guarda provisoria, hasta que ella cumpliera con ciertos requisitos que le
pidieran del juzgado.
Accedemos a ser “guardadores
provisorios”. Pero el paso del tiempo, y la falta de respuesta de la mamá
biológica, hicieron que el juez determinara quitarle a la “patria potestad”.
Y sin querer, queriendo,
comenzamos un camino de adopción….que lleva ya 6 años, y no fue fácil….
Quizás el desafío es educar
a Cele y Flor. Llegaron a casa con 8 y 6 años, con un pronóstico poco favorable
por sus vivencias en su familia biológica y las consecuencias que éstas dejan
en la psiquis, y que por supuesto afectarían en otras dimensiones como la
cognitiva o la relacional…
Pero pese a todos esos
pronósticos, lograron culminar la primaria. Cele hoy está en 4º año de escuela
secundaria, en el colegio I.P.E.M 357, y Flor en 1º, del mismo colegio. Cele
eligió la orientación técnica y realiza cosas en las que no puedo ayudarla
porque no sé, planos, medidas, dibujos, y le va muy bien.
Flor aunque no aprende en
“tiempo y forma” lo que los docentes o la curricula demanda, me sorprende cada
día aprendiendo desarrollando aptitudes y “destrezas” nuevas, y por supuesto
que la estimulación no le falta….desde incorporar palabras nuevas a su
vocabulario, hasta aprender a manejar el celular….asociar....razonar…memorizar…..tiene
un sentido estético que se refleja en cada uno de sus dibujos…y está lejos de
sentir apatía por los nuevos saberes….aunque los profesionales me dicen que
tiene “pensamiento viscoso”, y otras cosas raras.
En la actualidad, al iniciar
la escuela secundaria, nos enviaron a realizarle una valoración a Flor, porque
al parecer necesita profesora integradora. Pero desde que cambiaron las
autoridades en diciembre, cambiaron también las prioridades, y ya los recursos
que antes se destinaban a esto, se han recortado enormemente. Así que no hay
entidad oficial que otorgue profesores integradores.
Amigos de la parroquia, nos
ofrecieron hacerle una valoración en la escuela especial “Don Orione”, allí la
conclusión fue contundente, nos dijeron que ella necesita educación de nivel
especial. Nos dieron la opción de llevarla allí, pero es una decisión muy
difícil y aún no la hemos tomado…..pues al retrasarse el “profesor integrador”,
ella también, y aunque tiene el apoyo de casa, no es suficiente…según los
profesionales.
Experiencia como catequista.
Este es otro momento
significativo, porque sin previa formación pedagógica me vi al frente de un
grupo numeroso de niños de 8 años. Me costó
mucho porque estaba acostumbrada a transmitir a adultos, y con un alto
grado de abstracción (de la época de la Radio)….hasta que incorporé el juego,
la música, los cuentos, y las metáforas….en este servicio y esto me ayudó
muchísimo.
2016- Profesorado en
Comunicación social
El trayecto hasta aquí
realizado es más que alentador. Pues constituye para mí no solamente un
trayecto académico, sino una promesa de un trabajo diferente. No es esa la
motivación principal para comenzarlo, pero esa promesa es la que me alienta
cada vez a venciendo los obstáculos que en sus momento se presentan.
Y aquí vuelvo al testimonio
de mi profesor que fue albañil, porque al igual que él y por diversas
circunstancias, abandoné el estudio, y trabajé en muchas cosas, y desestimé
este camino, que hoy por hoy se ha convertido en una promesa de cambio….otro
lugar desde donde servir….
Lo que aprendemos, de lo
que nos nutrimos, el hecho de conocer compañeros, profesores…y encontrarlos
dispuestos a dedicarse al estudio, al trabajo
y a animarnos y acompañarnos mutuamente eso hace del profesorado un
espacio al que quiero con todo mi corazón
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